viernes, 1 de abril de 2016

Recordatorio contra el miedo

Como cada año, vas creciendo. Por dentro claro está.

Cada vez hay más obstáculos, preocupaciones, retos y miedos. No soy tan mayor  aún,  pero ya creo saber que el arte de vivir consiste, entre otras cosas, en saber superarlos o al menos sobrellevarlos.
Hay que echarle cara al asunto, hacerse un escudo contra ellos y obligarse a uno mismo a conseguir la meta aunque moleste. Es ciertamente incómodo salir de la zona en la que todo es sencillo, controlable, la famosa "zona de confort". Esa zona en la que te sientes grande y puedes manejar la situación. Sin embargo, sé que en cualquier caso, salir de ella te hará crecer. Tanto si lo que te espera es un fracaso como un éxito.

Cuando salgas, llegarás a un lugar grande. Te verás solo contra todo lo difícil y contra muchas inseguridades. Con cada paso que des, seguro que consigues controlar cada vez más y más esa zona.  Al mismo tiempo, conocerás gente, culturas, lugares e incluso puede que descubras algo de ti mismo.

Que nadie piense que no me cuesta el esfuerzo salir de mi  zona confortable. Incluso al escribir estas palabras tengo que autoconvencerme de ellas. Y es que es así,  tengo que recordarlas para poder avanzar.

miércoles, 28 de enero de 2015

En línea

Resonaba cada paso suyo. Unos pasos dulces y fuertes, con seguridad. El suelo caía rendido a sus pies. El frío casi podía atravesar la gruesa capa de abrigo, pero no, una película de calor recorría su piel. Caliente, como el café que llevaba en la mano y que a punto estuvo de tirar un par de veces, por su despiste. O tal vez porque no paraba de mirar su móvil. Estaba buscando su respuesta, esperando a que aquél chico le escribiera por fin, que le mandara algún corazoncito o algo. Con un "besito con corazón" le habría bastado. Volvió a mirar su estado, pero no lo había cambiado. Seguía poniendo Zzz. Así se iba a quedar ella si no se tomaba ya el café.
Todo el mundo la miraba, hipnotizado por su manera de caminar. Pero ella ni se daba cuenta, seguía recorriendo su pantalla una y otra vez, dibujando el mismo patrón de acceso.
Por fin, un mesaje: "carita sonriente" ...en línea... doble tick azul para él , y ella sin saber muy bien cómo responder a eso. Mientras lo pensaba: ...escribiendo..."A ver si te vas a caer si no sueltas el móvil". Cara de pasmo, y de pronto ella mira a todos lados en busca de esa cara conocida que la observa. Allí está él, sonriéndole...escribiendo..."He venido a buscarte".

jueves, 11 de diciembre de 2014

Yo misma

Cada vez tengo más claro que una de las claves para ser feliz, es ser uno mismo y no pensar  en el qué dirán.
Así dicho suena bastante fácil. Si no soy yo mism@ ¿quién voy a ser si no? Suena lógico, pero la cuestión es ser "lo suficientemente uno mismo", ahí está lo difícil. Y es que algunos nos pasamos y pasaremos la vida entera intentando averiguar quién somos realmente, qué cosas nos definen, qué cosas nos importan de verdad y en qué merece la pena invertir nuestro tiempo. ¿Tiempo?, pensamos que tendremos suficiente para hacer aquello que siempre hemos querido o para llegar a ser la mejor "versión" de cada uno. Lo cierto es que puede que lo tengas, o puede que no. Parece un poco triste pero es la cruda realidad. Entonces, ¿por qué vas a pasar cada día preocupándote de qué pensarán de ti si dices o haces eso que siempre has querido?. Exacto, es ridículamente inútil.
 Evidentemente siempre, o al menos a la mayoría, nos va a importar lo que piensen nuestros seres queridos. Bueno, vale; pero seguro que alguna vez has perdido tu tiempo con alguna persona a la que en realidad no le interesas demasiado y en el fondo a ti tampoco ella. Pensemos en eso y reflexionemos si eso nos merece la pena.
En resumen pretendo decir, si has experimentado esto en algún momento, que saques de una vez eso que tienes dentro y que posiblemente guste a todo el mundo, o no, pero que te va a hacer sentir feliz, en vez de hacer lo que crees que va a "agradar" más a los demás, pero no a ti.

martes, 4 de junio de 2013

Para ti

Despierto, miro a mi lado y ahí esta. Ahí está, como los primeros rayos de sol, mirándome con esos ojos dulces e indulgentes. Siempre dispuesto a regalarme la miel de su boca. La persona que más me quiere en este mundo, la persona que me trae la calma y la locura. Aquel que me conquista cada día y que me dibuja una sonrisa en el rostro cada mañana, cada atardecer. El que me consuela cuando ya no puedo más, el que haría cualquier cosa por mi felicidad. A él, cariño mío, a él le confío mi amor, con total seguridad de recibir lo mismo de su parte.